Buenos días URPA

La noche en la URPA pasó más o menos, tuve molestias y sed, pero no podían darme nada porque no se sabia cómo evolucionaría mi hemorragia uterina (atonía uterina). En principio parecía que iba, me sacaban sangre cada hora u hora y media para ver los valores y para ver que no bajaban. Alguna vez me dieron un poquito de agua, bueno, una gasa mojada en un poco de agua y la chupaba a modo de estar en el Sahara. Miraban la bolsa de la sonda a ver si hacia pis (por lo visto es importante hacer pos después de una intervención pero no sé el por qué).

Dormir en una unidad de intervención rápida como la URPA es todo un reto, hay mucho ruidos de máquinas, pitidos constantes y cómo te tienen monitorizara es una orquesta, aunque respetan mucho el descanso y a la vez están muy pendientes de ti.

Amanece en la URPA

El amanecer en la URPA no era como los de mi habituación con vistas al mar donde esperaba con ganas el desayuno. Aquí empieza bien temprano, el turno de noche empieza a dejar todo preparado para el cambio de guardia a las 8:00 am. Yo estaba loca porque viniera el médico y me dijera que todo está bien y que me llevaran a la habitación. No recuerdo el nombre de la enfermera que estuvo conmigo la primera noche, lo que si recuerdo es que también fue mami de gemelas prematuras y que ya iban al cole. Recuerdo que me decía que todo saldría bien.

Cambio de turno

Llegó el cambio de turno y con él, Izaskun, que era la enfermera que tendría ese día y la que se encargaría de mi (en la URPA hay una enfermera para cada dos pacientes), además solo de mi, porque la otra cama que le tocaba atender a ella estaba vacía, así que toda para mi. Parecía seca y un poco cortante, pero resultó ser un sol.

Al rato del cambio de turno, me dijeron que iban a bañarme, nunca me había bañado nadie teniendo uso de razón, y menos en una cama, me sentí, ummm, me resulta difícil encontrar la palabra exacta, pero entre incómoda e inútil. Les dije “ya me baño yo después que hoy voy para la habitación”, no funciono, “aquí se baña todo el mundo” me dijo con su cariño del norte de españa.

El baño

Pues allí comenzaron, yo ya estaba desnuda, solo tenía las sábanas y mantas por encima, recuerda que llevaba acostada en la misma postura desde que salí del quirófano y con una bolsa de 3 kilos sobre mi barriga. Cuando quitaron la bolsa, sentí como si en vez de quitármela, me hubieran puesto otra, pero de 20 kilos, madre mía que dolor tan desagradable, duro apenas 1 minuto, como mucho, pero allí inmóvil se hizo eterno, incluso no estoy segura de que fuera 1 minuto, quizá fueron segundos, pero para mi fue eterno.

Comenzaron a mojarme con una esponja que empapaban en una palangana, cuando me dijo “abre las piernas para lavarte bien” casi muero del dolor, no podía mover las piernas porque al hacer el movimiento tiraba de la parte abdominal, es decir, de la barriga, y no podía. Ellas me ayudaron, no sé qué fue peor, si el dolor al moverme las piernas para lavarme o sentirme totalmente avergonzada mientras me lavaban. Les pregunté que si seguía sangrando, que si estaba manchada, y su respuesta fue “no se ve nada, la gasa está limpia”, “¿gasa?, ¿qué gasa? repregunté, “pues la que introdujeron en la vagina junto con el balón de Backi para hacer presión y así poder detener la hemorragia, pero parece que todo va bien” bueno, otra cosa más que tenía en mi cuerpo. Después del baño vino lo bueno, cambiar la sábanas de la cama conmigo encima.

De verdad les digo que es horrible, primero cogen las sábanas de un lado y te hacen una montaña en el costado, entonces tienes que ponerte de lado que es lo que duele horrores para que dos de ellas te medio agarrarran mientras te levantaban un poco y otra tiraba de ellas por el otro lado. Para ponerlas la misma pesadilla. 😖

Una vez bañada y cambiada , ya en la cama, me pusieron crema hidratante por todo el cuerpo haciendo un pequeño masaje que fue gloria bendita.

El médico

Por fin vino el médico pero no trajo buenas noticias, me tenía que quedar un día más en observación y además no querían quitar el balón de Backi aún, la hemorragia había sido bastante heavy, estuvieron cerca de 2 horas intentando detenerla y querían esperar más, además era domingo y no habían quirófanos programados y el servicio estaba tranquilo.

Tenía que seguir sin comer ni bebé nada por lo que pusiera pasar y de regalo, una transfusión, tenían que volver a poner sangre, pero para eso tenía el catéter central y 173748 vías donde ponerlo. Me puse a llorar. Yo quería ir a ver a mis niños, habían nacido el día anterior y yo no los había visto, ni me habían escuchado y tampoco sabía si me decían la verdad sobre ellos. Me dijo que tenía 30 minutos de visita más tarde y que me enseñaran fotos, fue lo mejor que se le ocurrió al señor para consolarme, le dije que si por favor me podrían traer mi móvil para así comunicarme con mi marido, me miró con media sonrisa y me dijo “vale, pero aquí no se pueden tener, así que tenlo escondido” lloré más, “gracias, gracias de veras” le dije.

La hora de la visita

Después de que me viera el doctor me quedé dormida hasta la hora de la visita, vino mi marido y me despertó:

– “¿Estás bien?, ¿descansaste?”

– “¿Y los niños?

– “Los niños están estables, anoche me quedé con ellos y les leí varias veces El Principito; fui a casa esta mañana, me duché y cambié y volví con ellos hasta ahora que es la hora de visitas aquí y solo son 30 minutos”

– “¿Están bien? ¿No me estás engañando verdad?¿Pasaron bien la noche? ¿Y como es donde están? ¿Puedes dormir allí?”

– “Sí, están bien, son muy delicados y hay que tener paciencia, pero los dos están estables “

Estables… estables. No conoces el significado ni la importación de esa palabra hasta que pasas tiempo en la UCI neonatal, aún la escucho y me retumba en la cabeza.

-“El doctor me dejó tener el móvil para que podamos hablar y me cuentes de los niños, ¿vale? Vete a buscarlo y trae el cargador antes de que terminen las visitas”

Mientras, me pasó a ver mi tía Loly. Todos me decían lo mismo, que estaban bien, que los había visto y que eran pequeñitos, pequeñitos, que estuviera tranquila. También me dijo que como se notaba que había perdido mucha sangre que estaba del color de las sabanas 😂 le dije que era para estar con el atretzo del lugar. Luego pasó mi prima, también había visto a mis niños, me quede tranquila, ella no sabe mentir, así que sabía que lo que me decía era cierto. Dentro de la gravedad estaban bien. Mi madre también estaba allí pero no pasó, estaba constipada y prefería quedarse fuera por lo que pudiera pasar. Volvió mi marido con el teléfono y se terminó la visita, no da para mucho más 30min.

#lavidadeunprematuro